Autora: Dill Mclain
Editorial: Círculo Rojo
Genero: Novela
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 222
Páginas: 222
*muchas gracias a la editorial por el ejemplar*
*he dejado de la sinopsis lo esencial*
Loreta, una joven por cuyas venas corre sangre suiza y española, siendo aún niña, y tras el divorcio de sus padres, se va a Suiza a vivir con su madre. Allí crece, y le llega la adolescencia y la primera juventud. Tras una decepción amorosa, decide buscar a su padre en España, al que no ve desde hace tiempo, y con el cual ha mantenido a través de los años contactos muy esporádicos. Al llegar, no encuentra a su padre de inmediato, y en una calurosa tarde de verano, se pierde entre los invernaderos de San Augustín. Momey, un joven estudiante de Informática en Argelia, se ve obligado a interrumpir sus estudios debido a la grave enfermedad de su madre.
Loreta encuentra a su padre justo cuando lo llevan esposado, detenido bajo sospecha de asesinato. Padre e hija intercambian algunas palabras entre lágrimas. Ella se queda a vivir con su abuela paterna, y a pesar de los terribles acontecimientos hace planes para abrir su propio negocio.
Cree en la inocencia de su padre, y le proporciona apoyo para que pueda superar el momento tan difícil por el que está pasando. Loreta y Momey, que vienen de diferentes culturas, comienzan a cultivar una linda amistad. Hay obstáculos que impedirán momentáneamente que ese sentimiento termine en amor. Pero como no puede ser de otra manera en Andalucía, todas las dificultades se resuelven, y el amor triunfa al final.
Loreta encuentra a su padre justo cuando lo llevan esposado, detenido bajo sospecha de asesinato. Padre e hija intercambian algunas palabras entre lágrimas. Ella se queda a vivir con su abuela paterna, y a pesar de los terribles acontecimientos hace planes para abrir su propio negocio.
Cree en la inocencia de su padre, y le proporciona apoyo para que pueda superar el momento tan difícil por el que está pasando. Loreta y Momey, que vienen de diferentes culturas, comienzan a cultivar una linda amistad. Hay obstáculos que impedirán momentáneamente que ese sentimiento termine en amor. Pero como no puede ser de otra manera en Andalucía, todas las dificultades se resuelven, y el amor triunfa al final.
Mi primera colaboración con Círculo Rojo (muchíiiismas gracias por el ejemplar). Decidí escoger este libro y no otro por dos cosas: la primera fue Momey, uno de los personajes principales, ya que es argelino al igual que mi preciosa madre y, por ello, todas las historias en las que hay un personaje argelino me llaman mucho la atención. Debo decir que me sentí muy identificada. La segunda cosa fue el nombre y la portada. ¿Puede existir un título más rayante? Creo que no jajajaja (para todos aquellos que no sepáis donde está Almería y como es, es una provincia del sur de España donde
Nieves perpetuas en Almería nos narra la historia de Loreta y Momey, dos personas de culturas completamente distintas pero con los mismos sentimientos entre sí.
Empecemos con los personajes que, aunque me han gustado, son un poco planos ya que no sabemos gran cosa de ellos.
Loreta es una alegre arquitecta medio española que vive en Suiza con su madre pero que, después de un desengaño amoroso (odio a ese tío), decide viajar hasta Almería y volver a estrechar lazos con Juan Antonio, su padre, puesto que no lo ha visto desde hace muchos años. El problema es que cuando llega se encuentra con un panorama completamente distinto: su padre está acusado de asesinato y la policía se lo lleva arrestado. ¿Qué ha pasado? ¿Es su padre realmente responsable de la muerte de su novia? Ella cree firmemente en su inocencia e intentará encauzarlo en el camino correcto. Pero lo tiene difícil porque su padre siempre ha sido un galán que ha llevado una mala vida aunque, en la cárcel, decide dejarlo todo atrás y comenzar a ver las cosas de otra manera.
Momey, sin duda, ha sido el personaje que más me ha gustado (como ya os he dicho antes). Este chico es un increíble sol: tiempo atrás dejo toda su vida en Argelia y su carrera de informático para viajar en patera con su hermano y llegar al nuevo mundo solo para mantener a su familia. La autora hace una cosa que me ha encantado y es que nos cuenta desde un punto de vista creíble todo el sufrimiento que tiene que pasar alguien que quiere llegar a Europa para, después darse cuenta, de que nada es como lo pintaban en la televisión.
Muchas de las frases que dice Momey me han encantado puesto que es un ejemplo a seguir para cualquiera.
La historia en sí se deja leer, me ha gustado (sobretodo todas las escenas de Momey jajaja) pero le he encontrado dos cosas a rectificar: lo primero es que Nieves perpetuas en Almería me ha parecido una novela un poco forzada puesto que. aunque los personajes se tienen que enfrentar a muchos problemas, todo parece un cuento de hadas como sí, después de resolverlos, no hubiera cambiado nada en ellos y fueran problemillas sin importancia.
La otra cosa es que un amor entre culturas no es tan fácil de llevar. Créedme, lo sé por experiencia. Siempre hay algo o alguien que se interpone entre la pareja: ya sea las culturas tan distintas o algún familiar que se niega a entender el amor que florece entre esas dos personas. Me parece perfecto que la autora pinte tan bien esta relación pero, muchas veces (y esta es la cruda realidad) no es tan fácil.
Empecemos con los personajes que, aunque me han gustado, son un poco planos ya que no sabemos gran cosa de ellos.
Loreta es una alegre arquitecta medio española que vive en Suiza con su madre pero que, después de un desengaño amoroso (odio a ese tío), decide viajar hasta Almería y volver a estrechar lazos con Juan Antonio, su padre, puesto que no lo ha visto desde hace muchos años. El problema es que cuando llega se encuentra con un panorama completamente distinto: su padre está acusado de asesinato y la policía se lo lleva arrestado. ¿Qué ha pasado? ¿Es su padre realmente responsable de la muerte de su novia? Ella cree firmemente en su inocencia e intentará encauzarlo en el camino correcto. Pero lo tiene difícil porque su padre siempre ha sido un galán que ha llevado una mala vida aunque, en la cárcel, decide dejarlo todo atrás y comenzar a ver las cosas de otra manera.
Momey, sin duda, ha sido el personaje que más me ha gustado (
Muchas de las frases que dice Momey me han encantado puesto que es un ejemplo a seguir para cualquiera.
Y con una ligera sonrisa en sus labios, agregó: -Pero yo no soy moro, soy un ciudadano argelino.
La historia en sí se deja leer, me ha gustado (sobretodo todas las escenas de Momey jajaja) pero le he encontrado dos cosas a rectificar: lo primero es que Nieves perpetuas en Almería me ha parecido una novela un poco forzada puesto que. aunque los personajes se tienen que enfrentar a muchos problemas, todo parece un cuento de hadas como sí, después de resolverlos, no hubiera cambiado nada en ellos y fueran problemillas sin importancia.
La otra cosa es que un amor entre culturas no es tan fácil de llevar. Créedme, lo sé por experiencia. Siempre hay algo o alguien que se interpone entre la pareja: ya sea las culturas tan distintas o algún familiar que se niega a entender el amor que florece entre esas dos personas. Me parece perfecto que la autora pinte tan bien esta relación pero, muchas veces (y esta es la cruda realidad) no es tan fácil.
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