Hoy os traigo un relato que he creado para participar en un concurso de mi instituto. Por lo tanto, me haríais un gran favor si dejaseis en los comentarios vuestra opinión ya que me servirá para rectificar lo que está mal y dejar lo que os haya gustado.
AISHA, LA SIRIA
Lo primero que escucho al levantarme, al igual que cada mañana desde hace 2 semanas, es el sollozo de una niña pequeña que acompaña a mi familia desde Jordania. Me irrita bastante pero se calla pronto cuando mi madre le acuna en su pecho. Hace uno o dos años su historia me habría dado mucha pena puesto que su padre murió de un balazo en el centro de Damasco y su hermano mayor entró en Isis para, según él, “morir como un mártir”.
Pero ya no.
Nada de lo que me rodea ahora me importa realmente. Todo es muerte y destrucción, todos mis sueños y ambiciones (llegar a ser médico, ser feliz al lado de mi familia…) se han derrumbado como hace un mes también lo hizo mi casa, aunque ya no sirve de nada lamentarse porq…
̶ Aisha, ven aquí y ayúdame a cargar las bolsas ̶ me pide mi padre ̶ .
Yo, como siempre, le hago caso; suficiente tiene el pobre hombre con hacerse cargo de 5 hijos y su mujer. Antes éramos 7 pero, desgraciadamente, al igual que el padre de Nadia, ellos también murieron. Al principio de la guerra yo era la niña mimada de la familia pero ahora, con tan sólo 12 años, tengo que hacerme cargo de mis hermanos pequeños.
Hoy veo a todo el mundo muy nervioso, como si su vida peligrará aún más de lo que lo hace un día cualquiera, pero no le doy mucha importancia y continuo entreteniendo a mis hermanos mientras caminamos por la vía del tren para que no se cansen muy rápido: hoy nos toca caminar veinte kilómetros más.
Todo parece como cualquier otro día hasta que giramos a la derecha y, al fondo, se divisa el mar Mediterráneo. “Ahora lo entiendo todo”. Digo en voy baja para mí misma. “Todo el nerviosismo y los fajos de billetes de mano en mano… ¡Vamos a cruzar el mar para llegar a Lesbos!”.
ͻͻ
Es noche cerrada cuando por fin llegamos a la playa, puede que un poco más tarde de las doce, y hace bastante frío aunque entrego mi chaqueta a mi hermana porque le veo tiritando de frío.
̶ Vamos, ¡todos dentro de la barca o os quedaréis fuera! ̶ dice un hombre con pinta de mafioso mientras va entregando chalecos salvavidas a la gente ̶ .
Todo el mundo hace lo que le mandan aunque no hay suficientes chalecos para todos, por lo que algunas madres abrazan a sus hijos como si la vida les fuera en ello: puede que así sea.
̶ ¿Queréis que os cuente un chiste, niños? ̶ les pregunto mientras la barca va tomando velocidad en el mar ̶ .
̶ ¡Siiii, porfa!
̶ Vale, ¿qué le dice un muñeco de n…?
¡PUM!
De repente, todo lo que está a mi alrededor da vueltas y solo noto frío y agua congelada a mi alrededor. En cuanto noto el agua me entra el pánico, puesto que yo no sé muy bien nadar y el chaleco más que hacerme flotar me está hundiendo.
̶ ¡Aisha, Aisha! ¿Dónde estás? ¡Ayuda! ̶ grita mi hermanito veinte metros más hacia el sur ̶ .
̶ ¡Aquí, aquí! ̶ digo mientras nado hacia él. Aunque me falta bastante práctica el miedo es un buen aliciente para continuar y salvar a mi hermano ̶ .
Cuando por fin le veo y llegó hasta él intento buscar algo donde poder agarrarnos los dos pero solo encuentro un trozo de madera del tamaño de mi hermano. Le subo a él y cuando intento comprobar si a mi también me aguanta, la madera se hunde.
¡No puede ser! ¿Por qué tiene que ser la vida tan irónica? Justo hace un año y medio vi Titanic y desde el minuto uno supe que se iba a transformar en mi película favorita. ¿Por qué, Allah, por qué tengo que morir igual que Jack?
“Tengo que hacer algo por salvarme”.
Pero entonces miró hacia mi hermano y veo en sus ojos mucho miedo. “No puedo dejar que él muera, da igual si lo hago yo: él tiene que vivir”.
“Tengo que hacer algo por salvarme”.
Pero entonces miró hacia mi hermano y veo en sus ojos mucho miedo. “No puedo dejar que él muera, da igual si lo hago yo: él tiene que vivir”.
̶ Cariño, pronto vendrán a por ti. No tengas miedo, sé valiente ̶ le digo mientras las primeras lágrimas salen de mis ojos ̶ .
Me alejo del trozo de madera hasta que ya no estoy en su campo de visión.
Mis últimos pensamientos son para todos los sirios que como yo han tenido que salir de su país y para mi hermano. “Solo espero que mi muerte sirva para algo. Por favor Allah, ¡salva a Aylan!
FIN.
¿Qué os parece? ¿Os ha gustado? ¿Cambiarías algo?
Bye.
Uh, es fuerte. Me recordó un poco a ese vídeo que anda por las redes sociales, de la niña pequeña, donde le hacen la recopilación de un año de su vida y como cambia todo tan terriblemente rápido ):
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarA mí me ha encantado, pues te mantiene en vilo mientras lo lees. Vengo del grupo la saga lux, me quedo por aquí y te invito al mío. Besotes