Una de las cosas que más me
gustan de leer es viajar. Me permite ir a lugares y mundos a los que, sin
imaginación, no puedo ir, ya sea por dinero o porque, sencillamente, no
existen. Puedo pensar que esa protagonista soy yo: puedo ser aprendiza de
magia, puedo visitar Notre Dame con un sexi francés y enamorarme, puedo ver los
tres soles y las tres lunas siendo un unicornio (eso suena muy cursi pero sería
muy chulo). Porque sí, para mí leer, aunque para algunos sea una maldición,
me convierte en miles de yoes, que aunque no sufren en carne viva lo que les
pasa a las protagonistas, pueden aprender de ellas. Y cuando por fin asimilo
todo los que un libro me transmite y ya está metido en mi memoria para siempre,
vuelvo a viajar porque es un círculo interminable que nunca acabar.
Bye.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Os gusta lo que he reseñado? Si es así comentad, sino, ¡también! Pero por favor: sed respetuosos. Gracias.